Celulitis juvenil canina

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Si os decimos que un cachorro tiene celulitis seguro que os imagináis la típica piel de naranja en las personas, que nada tiene que ver con estas imágenes de abajo, ¿verdad?

La celulitis juvenil canina es una afección cutánea muy poco habitual, de la cual aún no se conoce su etiología (la causa), pero se sabe que tiene un componente inmunomediado. Se presenta en cachorros de 3 a 24 semanas.

Las razas con más predisposición son los Teckel, Labrador o Golden Retriever, Beagle, Husky, Setter y Pointer, pero los motivos de esta predisposición también sigue siendo desconocido.

Las lesiones pueden localizarse en párpados y zona periorbital, barbilla, hocico, labios, zona perianal, prepucio o vulva. Se puede acompañar de otitis supurativa (con engrosamiento y edema del pabellón auricular) y aumento de los ganglios. Suelen aparecer pústulas que se rompen rápidamente dando lugar a exudado, fístulas, costras y alopecia. En algunos casos se forman abscesos subcutáneos en cualquier zona del cuerpo.
Las lesiones resultan muy dolorosas para el animal y suelen estar decaídos, anoréxicos y febriles.

El diagnóstico se basa en la sintomatología y habiendo descartado sarna demodécica previamente mediante pruebas complementarias como citologías o raspados.

El diagnóstico definitivo suele realizarse mediante biopsia de piel, la cual suele revelar una inflamación piogranulomatosa de la dermis y del tejido adiposo.

El tratamiento debe ser algo agresivo para evitar cicatrices muy grandes y, en el peor de los casos, la muerte. Suelen combinarse córticos a dosis elevadas, antibiótico para evitar más infecciones secundarias y controlar las que ya tenga, y en algunos casos pomadas para calmar el dolor y el picor. También se les puede ayudar con medicación para reforzar las defensas. Son tratamiento largos (mínimo un mes).