Alimentación y cuidados en yacos

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  • CONSEJOS BÁSICOS

Son animales gregarios (que viven en comunidad), por lo que requieren compañía y atención por parte del propietario. Son animales muy inteligentes, curiosos e inquietos, así que debemos proporcionarles medios para desarrollar y mostrar sus complejas aptitudes psíquicas. La falta de estos estímulos y el aburrimiento pueden producir trastornos de comportamiento como ansiedad, estrés o frustración.

En cuanto a la jaula, esta debe ser lo suficientemente amplia como para que el animal pueda abrir completamente ambas alas sin tocar los barrotes. La jaula debe estar de manera que el loro esté por debajo de nuestros ojos. Colocarla en un lugar más alto puede hacer que el loro se sienta dominante o, por el contrario, inseguro, dependiendo del momento. Ambos comportamientos pueden derivar en ansiedad y/o agresividad.

Los sustratos más adecuados para el fondo de la jaula son de papel, granulado de maíz o viruta prensada. El papel cuenta con la ventaja de poder controlar fácilmente el aspecto de las heces y la orina. La arena para gatos no es adecuada.

Los palos de la jaula deben ser ligeramente rugosos, redondos enteros y suficientemente anchos para que el animal pueda clavar la uñas y mantenga los dedos de las patas casi estirados. Los palos de plástico que son huecos por debajo están contraindicados. Los mejores son los que simulan ramas de los árboles, o incluso podéis fabricarlos vosotros con ramitas que encontréis en el campo (lavándolos y desinfectándolos previamente).

Deben tener juguetes en la jaula y es importante ir renovándolos, ya que se aburren de tener siempre los mismos. Podéis fabricarlos vosotros o comprarlos ya hechos. Es importante que vosotros también juguéis con ellos.

La luz solar proporciona luz ultravioleta, imprescindible para la buena salud del yaco. Los cristales actúan como filtros y retienen la luz UV. En caso de no ser posible sacar al loro al aire libre puede ser necesario usar lámparas UV.

Al ser animales de clima húmedo, necesitan pulverizaciones con agua 1-4 veces al día. Además, las plumas de los yacos sueltan un polvillo que en raras ocasiones pueden dar lugar a trastornos respiratorios en otros animales o personas. Si conseguimos mantener un ambiente húmedo con las pulverizaciones, la producción de este polvillo disminuye.

Estos animales necesitan cierta rutina diaria, educación y reglas, por lo que es conveniente que se establezcan unas normas y un horario, sobre todo en cuanto a las horas y el lugar de descanso.

Necesitan mucha atención y compañía. No debe convertirse en un ser dependiente, consentido y caprichoso. Es vuestro deber procurar que sea un animal sano y equilibrado en cuerpo y mente.

Está bien que soltéis al loro de vez en cuando, pero nunca sin vigilancia. Se debe evitar que mordisquee plantas y otros objetos que haya por la casa, sobre todo metales, que pueden resultar tóxicos para ellos.

 

  • ALIMENTACIÓN

La forma más fácil de alimentarlos es dándoles  un pienso compuesto de alta calidad en forma de pellets, evitando los piensos compuestos por semillas, ya que les damos la oportunidad de hacer selección de lo que quieren comerse o no.

Fruta y verdura: Todos los días. Cuanta mayor variedad a lo largo del año mejor, pero es recomendable ofrecer un solo tipo en el mismo día.

Pipas y frutos secos: Sólo como premio (por ejemplo, no más de 5 pipas al día, 1 cacahuete o media nuez). Al contrario de lo que se piensa, un loro no se alimenta de pipas, las cuales les producen muchos trastornos de salud.

No deben comer nunca aguacate, cebolla o ajo crudos, chocolate, huesos de frutas, ni alimentos muy salados, fritos o muy grasos.

Para beber, aparte de agua podemos ponerles zumos naturales. No es necesario darles suplementos vitamínicos si la alimentación es correcta y el ave está sana.

 

  • CUIDADOS VETERINARIOS

Lo primero que debéis hacer al adquirir un yaco es llevarlo al veterinario para que le hagan su primera revisión, y posteriormente al menos una vez al año.

Debemos tener al loro lejos de la exposición de los humos de cocina que pueden ser altamente tóxicos, al igual que ocurre con el humo de tabaco. Aconsejamos no fumar en presencia del loro y un lavarnos las manos antes de tocarlo, ya que el alquitrán se deposita en los dedos y es tóxico para el ave.

Algunos metales como el plomo, el zinc o el cobre son muy tóxicos, así que debemos 83260132_10218828085767290_2178473099761025024_otener cuidado tanto con el material de la jaula (pueden intoxicarse mordiendo los barrotes), como con nuestras pulseras, collares, pendientes, mecheros, envoltorios metálicos, etc.

No necesitan vacunas, y en cuanto a desparasitaciones tampoco son necesarias en un primer momento. Se podría valorar según las condiciones en las que se encuentre el loro.

En nuestro país los yacos suelen tener celo de noviembre a abril y en junio y julio. No obstante, puede aparecer en cualquier época del año.

Los pollitos abandonan el nido hacia los 80 días y deben estar completamente destetados a los 4 meses. Tienen una esperanza de vida de entre 40 y 60 años.

Los loros tienden a disimular su enfermedad. ¿Qué signos deberían alarmaros?:

  • Está en el fondo de la jaula o le cuesta mantenerse en los palos.
  • Está triste, tiene las plumas erizadas o duerme más de lo normal.
  • Come menos o más de lo habitual.
  • Bebe mucha agua u orina mucho.
  • Tiene diarrea o vómitos.
  • Tiembla o tiene síncopes o ataques parecidos a los epilépticos.
  • Mocos y/o estornudos o está afónico.
  • El pico y las uñas le crecen demasiado.
  • La anilla le queda muy justa o el loro muestra signos de que le molesta.
  • Se arranca o se corta las plumas o se hace heridas.
  • Las plumas han cambiado de color.