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La hibernación es un comportamiento natural de las tortugas, con un objetivo claro de supervivencia, pero en cautividad no necesitan sobrevivir, por lo que… ¿Es importante que lo hagan?
¿Para qué hibernan las tortugas?
En su hábitat natural, cuando llega el invierno las condiciones climáticas son muy malas (viento, lluvia, nieve, escarcha, temperatura baja), lo que dificulta encontrar alimento (hay menos y tienen que recorrer más km en malas condiciones para encontrarlo). Por ello, las tortugas buscan refugio y “se desactivan” para no necesitar ni agua ni comida y en consecuencia no orinar ni defecar; también baja la frecuencia cardíaca y respiratoria y se quedan “dormidas” para ahorrar energía.
Las ventajas de la hibernación son:
- Los machos estimulan su actividad sexual y se produce la ovulación de las hembras, para así continuar la reproducción cuando termina el periodo de hibernación.
- Se mantiene la actividad normal del tiroides.
- Alarga la vida de las tortugas porque evitan riesgos buscando alimento en malas condiciones.
Las tortugas pasan la hibernación alimentándose de sus reservas de grasa, con lo cual llegan a perder hasta el 1 % de su peso por cada mes de invierno.
Cuando finaliza el período de hibernación se debe exponer a la tortuga al sol para que vuelva a sintetizar vitamina D y se equilibre su metabolismo de calcio. También debemos rehidratarla, ya que no solo se ha deshidratado durante la hibernación, sino que además necesita reactivar su sistema urinario. Es recomendable ofrecerle alimentos como el tomate o el pepino, pues son ricos en agua y ayudarán a tu mascota a rehidratarse y reactivar el sistema digestivo.
¿Qué tortugas hibernan?
Este proceso solo ocurre en tortugas de climas templados o fríos. Las que viven en climas tropicales no hibernan, por lo que debemos de tener claro la especie de tortuga que tenemos para saber qué haría en su hábitat natural.
Las especies de tortuga más habituales como mascota que SÍ hibernan son:
- Tortuga de Florida, Tortuga de California, Tortuga de Orejas Rojas (Trachemys scripta elegans) 🡪 AGUA
- Tortuga Griega / Mediterránea / Mora (Testudo marginata / hermanni / graeca) 🡪 TIERRA
- Tortuga Desértica Americana (Gopherus spp.) 🡪 TIERRA
- Tortuga Caja (Terrapene carolina) 🡪 AGUA
Las especies de tortuga más habituales como mascota que NO hibernan son:
- Tortuga de patas rojas / de patas amarillas / de espolones / radiada (Geochelone carbonaria / denticulata / sulcata / radiata) 🡪 TIERRA
- Tortuga Leopardo (Stigmochelis pardalis) 🡪 TIERRA
Las especies que no hibernan tampoco deben hacerlo en cautividad, ya que las bajas temperaturas pueden producirles problemas respiratorios. Para evitar que hibernen debemos tener un terrario que mantenga un microclima artificial adecuado a la tortuga durante todo el año.
Si tenemos una especie que hiberna, sólo debemos dejar que lo haga si:
- Se encuentra en buen estado de salud: Sin secreciones por la nariz, la boca o los ojos, sin heridas o roturas en el caparazón, con un peso saludable y con buena hidratación 🡪 Acudir a un veterinario especialista para que chequee todo esto.
- Si no ha sufrido ninguna enfermedad reciente.
- Si es adulto (3-4 años)
- Si no tiene huevos retenidos.
En estos casos debemos tener en cuenta el clima de su hábitat natural para proporcionar unas buenas condiciones de hibernación artificiales.
A las tortugas de tierra debemos proporcionarles un espacio adecuado a su tamaño, con tierra suficiente para que puedan enterrarse. Este habitáculo debe estar siempre a la misma temperatura (por debajo de los 10ºC) y ubicado donde no pueda sufrir heladas (un jardín) o subidas de temperatura bruscas (dentro de casa con la calefacción). Un buen lugar para su hibernación pueden ser los trasteros, los sótanos o los garajes.
A las tortugas de agua debemos proporcionarlas un acuario con al menos 60cm de profundidad y también con tierra donde poder enterrarse. La profundidad es importante porque la temperatura del agua se mantiene más estable cuanta más profundidad tenga, ya que en la superficie puede haber variaciones. Si no disponemos de mínimo 45cm de profundidad, es mejor evitar la hibernación.
En ambos casos la temperatura siempre ha de mantenerse entre 4 y 10ºC, si no podríamos despertar momentáneamente a la tortuga y que ésta gastase sus reservas metabólicas antes de tiempo, y si luego vuelve a bajar, podría volver a hibernar sin reservas suficientes. En estos casos, mejor despertarla del todo e interrumpir la hibernación definitivamente.
¿Cómo preparo a mi tortuga para la hibernación?
Es recomendable pesarlas antes de empezar para llevar un control de lo que ha perdido al acabar.
Debemos asegurarnos de que tienen el intestino vacío antes de iniciar la hibernación, ya que una vez “se desactivan” el intestino deja de moverse (hipomotilidad) y si contiene algo de restos alimentarios puede producir infecciones, septicemias por enterotoxinas, fermentación e incluso necrosis del intestino.
Para ello, dejaremos de suministrar alimento a nuestra tortuga 15-20 días antes y facilitaremos el vaciado del intestino dándolas baños de agua templada cada 1-3 días.
Previamente a la retirada del alimento podemos suministrar alimentos ricos en carbohidratos, vitaminas y calcio para prepararlas antes del ayuno.
Además, en esos 20 días, se recomienda ir bajando la temperatura gradualmente hasta quedarnos por debajo de los 10ºC e iremos reduciendo la exposición lumínica.
La hibernación tiene una duración variable según el hábitat de origen de la tortuga, tendremos que informarnos de esto para poder hacerlo bien. Suele ser entre 2 y 4 meses.
Para finalizar el proceso debemos ir subiendo la temperatura gradualmente, darla baños con agua templada para rehidratarla, pesarla y ver su estado general de salud.
Al terminar la hibernación, deberían haber perdido como mucho un 4-5% de su peso. Si ha perdido más, significa que algo no ha ido bien. A los 5-10 días de haberse despertado debería estar comiendo con normalidad. Si no es así, deberías acudir a un veterinario a chequear que esté todo bien.
En resumen: En cautividad no es indispensable que hibernen, sobre todo si no tenemos intención de reproducirlas. En un proceso que tiene riesgos y pueden vivir sin realizarlo perfectamente.