¿Por qué son importantes los estudios prequrúrgicos?

Muchas veces, cuando os damos información y presupuesto para realizar cualquier anestesia a vuestro peludo, nos preguntáis que por qué hacemos eso y si es necesario.

Aquí os contamos en qué consisten esas pruebas y por qué es importante realizarlas.

Estos estudios consisten en una serie de pruebas que permite a los veterinarios evaluar el estado de salud del animal para tener en cuenta el riesgo anestésico y quirúrgico.

En función de los resultados, se determina el nivel de riesgo de la intervención y se adoptarán las medidas de seguridad adecuadas.

 

¿Qué pruebas realizamos y para qué?
  • Electrocardiograma. Esta prueba nos da información sobre la funcionalidad del corazón: Si tiene una frecuencia cardiaca correcta, determina si el ritmo cardiaco es normal o no y si es regular, si todas las cámaras se contraen correctamente, si existe algún bloqueo…

Todo esto es importante saberlo porque hay fármacos que utilizamos en la anestesia que tienen efecto sobre el sistema cardiovascular, y si nuestra mascota no tiene un corazón sano, podemos tener problemas durante la cirugía.

  • Analítica completa. Por un lado haremos un hemograma, lo que nos permitirá valorar que el nivel de células de defensa en el organismo es correcto, así como los niveles de glóbulos rojos, los cuales se encargan de distribuir el oxígeno por todos los órganos del cuerpo.

Por otro lado realizaremos una bioquímica, la cual nos da información sobre el estado de salud de órganos como el hígado y riñones, muy importantes para metabolizar la mayoría de fármacos anestésicos. Es importante que funcionen bien, ya que son los responsables de eliminar sustancias tóxicas del organismo (y los fármacos anestésicos no dejan de ser tóxicos controlados).

En ocasiones, dependiendo del tipo de cirugía, también se realizan pruebas de coagulación, para asegurar que no tendremos una hemorragia durante el procedimiento.

  • Radiografía de tórax. Se realiza sobre todo para asegurar que el paciente no tiene ninguna disfunción respiratoria, aunque también nos sirve para chequear el tamaño y forma del corazón.

Con toda esta información podemos jugar con el tipo de fármaco utilizado, la combinación de los mismos y la cantidad, para evitar por ejemplo usar alguno que se metabolice en el hígado si tiene alguna patología hepática; o poner alguna medicación previa si tenemos algún fallo cardiaco.

Aunque ninguna anestesia está exenta de riesgo al 100%, todo ello asegura una anestesia más segura y tranquila para la mascota y para el equipo veterinario, por supuesto, para el propietario.

Y lo mejor, es que ninguna de las 3 cosas le produce dolor al animal.

¡No hay excusas para no hacerlo!