Orugas: Síntomas y pautas para el propietario

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 ¿QUÉ ES LA PROCESIONARIA?

La oruga procesionaria es una larva que se encuentra en las zonas de pinos y cedros donde hacen sus nidos (característicos por ser como una maraña blanca) y de los cuales bajan en los meses de febrero a abril, dependiendo de las temperaturas de ese año.

Normalmente caminan en fila india, unas detrás de otras, de ahí su nombre “procesionaria”. Su cuerpo está recubierto por pelos muy urticantes y venenosos que utilizan para protegerse de sus depredadores. Cuando se sienten amenazadas sueltan estos pelos, provocando graves reacciones tanto en personas como en animales.

 

¿CÓMO SABER SI TU GATO/PERRO HA ESTADO EN CONTACTO CON UNA ORUGA?

La reacción tras el contacto es inmediata: Se produce hipersalivación, se inflama la lengua, los labios o la cara del animal (angioedemas). En la lengua puede aparecer una coloración roja o amoratada y pueden aparecer ampollas llenas de líquido o úlceras, que pueden llevar a la necrosis de la lengua e incluso perder una parte de ella.

El animal puede encontrarse nervioso e inquieto y podéis notar que se rasca mucho la cara. En caso de ingestión, el animal podría morir por asfixia.

 

¿QUÉ HACER SI HA ENTRADO EN CONTACTO?

Tenéis que llevarlo inmediatamente al veterinario para que éste le pueda administrar corticoides y antihistamínicos vía intravenosa. Mientras tanto, lo que podéis ir haciendo es lavar toda la zona de la boca y la cara con agua caliente (¡sin frotar!) para ir eliminando los pelillos y la toxina de la oruga. También podéis avisar al Ayuntamiento de vuestra ciudad para dar aviso de dónde hay orugas y que pongan medidas para eliminarlas.

Lo mejor en estos meses de riesgo es evitarlas, dando paseos por donde no haya pinos ni cedros, ya que los perros son muy dados a ir a oler y chupar o comerse todo lo que haya en el suelo, sobre todo los cachorros.