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¿Os habéis preguntado alguna vez si los perros pueden alimentarse con pienso de gato y los gatos con pienso de perro?
¿Pueden nuestros perros y gatos seguir una dieta vegetariana?
Para introducir la diferencia del pienso de uno y de otro, aclararemos que los gatos son carnívoros estrictos y los perros son carnívoros adaptados, ya que el perro ha evolucionado para poder asimilar más alimentos, al contrario que el gato.
Decimos que son carnívoros estrictos porque son capaces de obtener todos los nutrientes necesarios a partir de productos de origen animal. Os dejamos algunas características propias de los felinos:
Sus piezas dentales están diseñadas para cortar y desgarrar carne y presentan unos colmillos muy desarrollados, típicos de animal carnívoro.
No tienen amilasa en la saliva, la cual es la encargada de la predigestión de los hidratos de carbono, con lo cual no podrán utilizarlos como energía.
El estómago es pequeño (de ahí que ingieran poca cantidad de alimento varias veces al día) y tiene un pH ácido de 1-2, con la función de digerir huesos de sus presas y de destruir bacterias presentes.
Las grasas y alimentos de origen animal precisan menos tiempo en el sistema digestivo para metabolizarse, por lo que el intestino de los gatos es más corto y simple (y la digestión es más rápida que en los perros), dificultando así la digestión de hidratos.
Digieren mal los glúcidos como el almidón y la lactosa, por eso una ingesta abundante de leche les puede producir diarrea.
Y además, necesitan un aporte extra de ciertos nutrientes que sólo pueden obtener a través de la alimentación, puesto que su organismo no puede sintetizarlos de manera natural, como sí ocurre en perros. Estos son:
Taurina: Es un aminoácido presente en la bilis y en los tejidos musculares del cuerpo de muchos animales. Las proteínas de origen vegetal no contienen este aminoácido. La falta de taurina puede generar problemas cardíacos y ceguera irreversible, ya que la taurina ayuda a mantener la vista y el corazón saludables. También puede ocurrir si lo alimentáis solo con pescado, ya que no contiene suficiente cantidad.
Vitaminas: Los gatos requieren hasta 4 veces más vitamina D y algunas vitaminas del grupo B, como la niacina (B3) –la obtienen a partir del consumo de carne o hígado-, piroxidina (B6) –involucrada en el metabolismo proteico- y tiamina (B1), la cual disminuye si se alimenta al gato con pescado crudo, ya que aumentan los niveles de tiaminasas, enzimas que destruyen la tiamina. Su déficit causa un cuadro neurológico grave.
La vitamina A, por otra parte, también es esencial. Los piensos para perros suelen ser ricos en betacarotenos, de origen vegetal, los cuales son transformados en vitamina A por el organismo del perro, lo cual no ocurre igual en felinos, ya que éstos necesitan ingerir esta vitamina directamente de vísceras y tejido animal porque no son capaces de transformarla.
Ácido araquidónico: Ácido graso de origen animal. Esencial para una buena función renal y reproductora, mantenimiento de la salud cutánea y un buen pelaje, un buen funcionamiento del sistema inmunitario, buena coagulación y buenas respuestas inflamatorias. Tampoco se encuentra en los vegetales.
Niveles de proteína: Los gatos necesitan niveles de proteína más elevados que los perros (hasta 5 veces más). Las proteínas ayudan a los gatos a estar más activos y tener una vida saludable, por lo que un bajo nivel de estas puede provocarles, a la larga, problemas de salud.
Afortunadamente, todos los piensos de gato de buena calidad tienen estas necesidades en cuenta y ya vienen formulados específicamente para ello.
Por este motivo, un gato no puede alimentarse de ninguna manera con pienso para perros, puesto que le faltarán muchos nutrientes esenciales para su organismo y terminarán enfermando; Por el contrario, un perro podría mantener una vida relativamente saludable si se alimenta con comida para gato, pero no es lo aconsejable. La densidad de las calorías, así como los altos niveles de proteína y grasa que se encuentran en el alimento para gatos, no son favorables para la digestión canina. Los perros mal alimentados, por lo general, tienden a ser obesos y a desarrollar patologías asociadas a esta condición.
Como veis existen diferencias importantes entre el pienso de gato y el pienso de perro. A día de hoy, mucha gente todavía piensa que lo único que los diferencia es el tamaño de la croqueta y el sabor. No es que el alimento sea un veneno para cualquiera de las dos especies si no les damos el que corresponde, pero sí podemos crearles problemas de salud a la larga.
Si habéis leído con atención todo lo anterior, habréis llegado automáticamente a la conclusión de que la dieta vegetariana NO es apta para nuestros perros ni para nuestros gatos.
Desde nuestra clínica aplaudimos a todas las personas que elige esta dieta, pero decidirse por una alimentación contra la explotación y el maltrato animal a la vez que eliges alimentar a tu propio gato (repetimos, carnívoro estricto) con una dieta vegetariana, es completamente contradictorio. No olvidéis respetar la naturaleza de cada animal, y si no os veis capaces, existen otros animales herbívoros para tener como mascota.
Podéis leer más acerca de la alimentación en nuestras mascotas en nuestra entrada del blog dedicada a ello.